Hechos

En el segmento “La Mesa” del programa videoradial En Perspectiva, que se emite por Radiomundo 1170 AM y por su propio canal de Youtube, la Dra. Mariella Demarco relativizó el rol de Mustafá Kemal en la ejecución del Genocidio Armenio. En el contexto del análisis del gesto que el canciller turco Mevlüt Çavuşoğlu dirigió a manifestantes armenios apostados fuera de la Embajada de Turquía en Montevideo (la señal de los Lobos Grises), la Dra. Demarco expresó respecto a la gigantografía de Mustafá Kemal ubicada en la fachada de la embajada: 

“En todo rincón de Turquía hay una estatua de él. ¿Por qué? Porque fue el fundador de la república turca y el primer presidente de Turquía, y, en todo caso, su vinculación con el Genocidio Armenio, que algunos armenios uruguayos o uruguayos descendientes de armenios le han atribuido, no está respaldada por la evidencia histórica. La figura de Atatürk es inmensa para Turquía, por eso, porque es el fundador de la república. Una república que ciertamente es bien distinta de la Turquía de hoy: era una república laica, era una república donde las mujeres votaron antes que en Uruguay, por ejemplo, en 1930, antes que en Canadá, por ejemplo, o sea, era otra Turquía. Ese es Atatürk, que es la otra foto que está en la embajada turca”.


Contexto y consideraciones

La relativización del rol de Mustafá Kemal y el intento por ocultar su responsabilidad en el Genocidio Armenio es parte del discurso oficial negacionista que promueve Turquía, con el objetivo de sostener la imagen sacralizada del fundador de la república.

Existe abundante evidencia histórica de fuentes turcas e independientes que respalda el rol decisivo de Mustafá Kemal en la continuación del plan genocida iniciado por las autoridades centrales del Imperio Otomano en los territorios bajo su control, y muy especialmente en la negación del crimen cometido.

Durante la primera fase del Genocidio Armenio, ejecutada durante la participación del Imperio Otomano en la Primera Guerra Mundial, el gobierno del Comité Unión y Progreso -el partido ultranacionalista turco en el gobierno, también denominado Jóvenes Turcos- deportó a los desiertos de Siria y asesinó entre 1915 y 1917 a la enorme mayoría de sus ciudadanos de origen armenio. Durante este período, Mustafá Kemal, oficial del Ejército otomano, era miembro activo del Comité Unión y Progreso, y aunque no tenía responsabilidades de gobierno, compartía plenamente la ideología que justificó el exterminio de los armenios.

Durante el breve período inmediatamente posterior a la derrota del Imperio Otomano en la guerra, en el que fueron encarcelados algunos de los responsables de las masacres de los armenios, los testimonios históricos sitúan a Mustafá Kemal visitando a los genocidas en sus celdas. Tiempo después, su ascenso al poder conduciría a la liberación de la enorme mayoría de los detenidos y la consumación de la impunidad de los criminales.

En 1919, el movimiento nacionalista turco que encabezaba Kemal consolidó un gobierno en las provincias orientales del imperio, en oposición al gobierno de Constantinopla. Desde ese momento, y hasta 1923, los nacionalistas, bajo las órdenes de Kemal, iniciaron el vaciamiento de la población no turca de los territorios que estaban bajo su control efectivo, mediante la aniquilación de los armenios y griegos que habían escapado de la muerte. Algunos de ellos, finalizada la Primera Guerra Mundial y al amparo de la presencia militar europea en Cilicia (región que abarca las provincias costeras del Mar Mediterráneo, fuertemente habitadas por armenios), lograron volver a sus antiguos hogares, pero debieron enfrentar un nuevo embate genocida, esta vez por parte de las fuerzas nacionalistas a cargo de Kemal.

Fue Mustafá Kemal quien ordenó las masacres en la ciudad de Marash en enero de 1920, ampliamente registradas y denunciadas por las fuerzas Aliadas, en Hadjin en octubre del mismo año, y en toda la región de Cilicia, tras el retiro de las tropas francesas en octubre de 1921. Considerando que la mayoría de los sobrevivientes armenios arribados a Uruguay provenían de la región de Cilicia y sus familias fueron víctimas de estas campañas masivas de exterminio ordenadas por Kemal, la afirmación de la Dra. Demarco resulta especialmente grave.

En setiembre de 1920, siguiendo las órdenes de Kemal, el ejército nacionalista turco emprendió una invasión a la joven República de Armenia, durante la cual se produjo, tras la captura de las ciudades, la masacre y el saqueo de los armenios de las regiones fronterizas de Kars y Alexandropol, ocupadas por el ejército turco.

En setiembre de 1922, tras la captura de Esmirna por parte de las tropas nacionalistas de Kemal, los barrios griego y armenio de la ciudad fueron incendiados y su población forzada a huir por mar hacia Grecia para escapar de las llamas que representaron el fin de la milenaria presencia helénica y armenia en la ciudad.

Víctimas de las órdenes de Mustafá Kemal, perdieron la vida centenares de miles de armenios y griegos durante la fase final del Genocidio, los genocidas -antiguos camaradas de Kemal- fueron amnistiados y liberados, y se ratificó la confiscación de bienes de los ciudadanos armenios asesinados y deportados por parte del Estado. Además, se institucionalizó la política de negación del Genocidio Armenio como doctrina oficial, para lo que Kemal fundó en 1931 -ya como presidente de la República de Turquía- la Sociedad de Historia Turca.

Respecto a aquella otra República de Turquía, de la que se destaca su atributo de “laica” y en la que “las mujeres votaron antes que Uruguay”, continuó siendo un régimen totalitario donde los ciudadanos se organizaban en categorías de acuerdo a su etnia y religión, el idioma y la cultura kurda estaban prohibidos y los cadáveres de centenares de miles de inocentes aún permanecían insepultos a lo largo de las rutas que recorrieron las caravanas de la muerte hacia su destino final. Los únicos que lograron ver en esa República un modelo a seguir condujeron a la Humanidad a un nuevo genocidio. En su libro Atatürk in the Nazi Imagination, el historiador Stefan Ihrig cita a Adolf Hitler en 1938 diciendo lo siguiente a una delegación de políticos turcos: “Atatürk fue un maestro; Mussolini fue el primero y yo, su segundo alumno”.


Repercusiones

A solicitud del Consejo Causa Armenia del Uruguay, En Perspectiva publicó en su página web una nota de respuesta a la Dra. Demarco donde se exponen los fundamentos históricos que sustentan el rol protagónico de Mustafá Kemal en la ejecución del Genocidio Armenio y en el establecimiento de su negación como política de Estado por la República de Turquía. La carta puede leerse aquí.