Desde el 12 de diciembre de 2022 Azerbaiyán bloqueó deliberadamente el corredor de Berdzor (Lachin), la única conexión con el exterior de la República de Artsaj, a través de Armenia, impidiendo durante casi 10 meses el ingreso de alimentos y bienes básicos, así como el traslado de pacientes graves, lo que condujo a una catástrofe humanitaria. 

El bloqueo del corredor fue una violación flagrante los acuerdos que pusieron fin a la última agresión militar emprendida por Turquía y Azerbaiyán contra Armenia y Artsaj en 2020 y al fallo de la Corte Internacional de Justicia de febrero de 2023. La declaración firmada por los presidentes de Rusia y Azerbaiyán y el primer ministro de Armenia el 9 de noviembre de 2020, establecía explícitamente que el corredor de 5 kilómetros de ancho se pondría bajo la supervisión de las Fuerzas de Paz de Rusia y que era responsabilidad de Azerbaiyán garantizar la seguridad de personas, vehículos y cargas en ambas direcciones, sin ser obstaculizada. 

La Corte Internacional de Justicia, máximo tribunal de la Organización de Naciones Unidas, emitió el 22 de febrero de 2023 un fallo vinculante, reafirmado el 6 de julio, donde instaba a Azerbaiyán a “tomar todas las medidas a su alcance para garantizar el libre movimiento de personas, vehículos y carga a lo largo del corredor de Lachin en ambas direcciones”. En el mismo sentido se pronunciaron el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, el Secretario General de Naciones Unidas António Guterres, el presidente del Consejo de Europa Charles Michel, el Alto representante de la Unión para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad Josep Borrel, así como también diplomáticos de los Estados Unidos, Rusia, Francia, y parlamentos de diversos países. 

Al bloqueo aéreo y terrestre se sumaron los continuos ataques militares contra civiles, especialmente aquellos dirigidos a impedir las tareas agrícolas (agravando así la escasez de alimentos), la interrupción intencional del suministro de electricidad y gas y de los servicios de telecomunicaciones, la privación de acceso a alimentos y medicamentos, y el bloqueo del acceso a la ayuda humanitaria brindada por Armenia, Francia y otros países. 

A raíz del bloqueo impuesto por Azerbaiyán, el Dr. Luis Moreno Ocampo publicó un informe con su opinión experta sobre la situación en el que concluyó que “hay un genocidio en curso” contra los 120.000 armenios de Artsaj dado que “el bloqueo del corredor de Lachin por parte de las fuerzas de seguridad de Azerbaiyán, que impide el acceso a alimentos, suministros médicos, y otros elementos esenciales, debe ser considerado genocidio según el Artículo II (c) de la Convención sobre Genocidio: ‘Sometimiento intencional del grupo a condiciones de existencia que hayan de acarrear su destrucción física, total o parcial’.” 

ATAQUES DE SETIEMBRE 2023 Y LIMPIEZA ÉTNICA

El 19 y 20 de setiembre de 2023, Azerbaiyán inició un bombardeo a gran escala contra la población civil de la República de Artsaj, un Estado independiente desde 1991, habitado actualmente por 120.000 personas, en su mayoría de origen armenio.

Los bombardeos alcanzaron las principales ciudades, infraestructuras civiles (escuelas, centrales eléctricas, telefonía) y poblados rurales, y el ejército azerbaiyano avanzó ocupando amplias porciones de territorio, forzando una evacuación masiva de la población hacia la capital Stepanakert y sus alrededores, donde los habitantes permanecían sin energía eléctrica y bajo tierra, en refugios antiaéreos. 

Como resultado del ataque, varios cientos de personas murieron, y un número varias veces superior se encuentra desaparecido. Tras enormes pérdidas, las autoridades de la República de Artsaj acordaron con Azerbaiyán el desarme de su ejército de defensa, por lo que la población, indefensa frente a un ejército que desde hace tres décadas intenta su exterminio, optó por huir masivamente hacia Armenia. 

Entre el 23 y 29 de setiembre de 2023, más de 100.000 personas debieron abandonar su patria ancestral y trasladarse forzosamente hacia Armenia convirtiéndose en refugiados, sin posibilidad de retornar a sus hogares debido a la política de odio anti armenio desarrollada por el gobierno de la familia Aliyev, que controla los destinos de Azerbaiyán desde hace cinco décadas, casi ininterrumpidamente. 

Por último, Azerbaiyán forzó la firma de un decreto presidencial que ordena la disolución de todas las estructuras estatales de Artsaj a partir del 1 de enero de 2024. Ante la pasividad de la comunidad internacional, Azerbaiyán llevó a cabo una limpieza étnica precedida por un bloqueo genocida, poniendo fin  a la milenaria presencia armenia en Artsaj.