La Iglesia Apostólica Armenia llevó a cabo una ceremonia el pasado 23 de abril en la Santa Sede de Etchmiadzín (Armenia) en la cual canonizó al millón y medio de armenios masacrados por el Imperio Otomano durante el Genocidio Armenio. La iglesia explicó que el objetivo de la ceremonia es proclamar el martirio de aquellos quienes fueron asesinados por su fe y su patria.

Luego de la ceremonia, en todas las ciudades del mundo – con excepción de Turquía- donde hay iglesias armenias se tocaron cien campanadas. El 23 de abril de 2015 fue la primera vez en 400 años que la Iglesia Armenia lleva a cabo el rito de canonización.

El Katolicós Aram I de la Gran Casa de Cilicia quien participó en el servicio de canonización, dijo: “Hoy la Iglesia celebra la sagrada memoria de los santos que mediante el poder del Espíritu Santo vencieron en la guerra contra el mal. Estas simples pero profundamente penetrantes palabras de oración, pronunciadas en la celebración de los Santos en la Iglesia Armenia, demuestran la particular importancia de los Santos en la vida y el testimonio de la Iglesia.”

“Santas son aquellas personas que, siendo dotadas de virtudes morales y espirituales, viven sus vidas de acuerdo a los Evangelios y sacrifican sus vidas por fe Cristiana”, dijo Aram I, quien meses atrás anunció que iniciará acciones ante la Corte Constitucional de Turquía por la confiscación de la Santa Sede de Sis durante el Genocidio Armenio. La sede de la Gran Casa de Cilicia debió trasladarse forzosamente desde Sis a Antelias (Líbano) en 1930.

“Este es un momento único en nuestra historia moderna; un momento marcado por un significado y mensaje profundos. Este momento no solo nos llama a mirar hacia atrás recordando a nuestros mártires, pero también mirar hacia adelante reafirmando nuestro compromiso a continuar, con sentido de responsabilidad y vigor renovados, la causa de nuestro mártires. De hecho, la causa de nuestros mártires es una causa de justicia y dignidad humana. Creemos que la verdad debe ser aceptada y los Derechos Humanos de nuestro pueblo respetados. Solo la aceptación de la verdad llevará a la reconciliación” concluyó el Katolicós.